Reconocería una mirada entre
cualquier otra, entre miles y miles de personas, porque es el mejor antídoto
para combatir este frío. Y es que a mí me basta con la mirada y con la forma de
hablar o escribir de los demás. Porque todavía no he encontrado nada que pueda
definirlos mejor. Noviembre se va acabando, el mes de cosas bonitas como el
olor a detergente, los paisajes llenos de hojas, los ojos alegres sin rímel o
las sonrisas entre bufandas. El mes de Nanowrimo; y yo escribiendo lo primero
que se me pasa por la cabeza y acumulándolo entre los archivos viejos de los
que me río al releer, pero sin llegar a un buen resultado. Y Bécquer mirándome
desde la pecera, no sé si con una expresión de échame de comer o de te ayudaría a escribir un
par de versos. Utilizando las estaciones y el clima como recurso a toda falta
de creatividad, como todos los mediocres, y abusando de comas, como siempre. Supongo
que es buena señal, que últimamente reboso de momentos alegres y su consecuente carencia de inspiración. También
hay momentos tristes. A veces la vida puede ser triste, pero siempre bella. Esos
momentos son para buscar en el armario el vestido de las ocasiones especiales,
colocarse flores en pelo y bailar, aunque llueva, aunque los demás miren,
aunque los zapatos no sean los más cómodos del mundo y la madrugada se haga
interminable. Da igual, luego ya vendrán los abrazos que duran toda una canción
y que se pegan a la piel, los que nos devuelvan las ganas de seguir hablando de amor en tiempos de odio.
canciones de amor para corazones con odio
hago bien plantando flores en este jardin bodrio
o estoy loco por hablarles de amor en tiempos de odio.
Hay más odio a primera vista que amor platónico,
sociedad materialista el dinero es lo único
ama con locura, el amor no dura pa' siempre
nunca digas nunca pero nada es para siempre.
Odio ser incapaz de amar en toda regla
aquí dentro tengo paz pero ahí fuera he de dar guerra.
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