30 abr 2013

CINCUENTA Y SEIS


Me puedo perder entre las páginas de cualquier libro, entre el olor de las rosas de este San Jordi tan malamente celebrado, sin ninguna rosa, pero no vengo a hablar de libros. Solamente a dejar cuatro mierdas que ahora mismo se me pasan por la cabeza. Mucha gente me reprocha que siempre voy a mi puta bola y paso de todo. Ojalá supiesen que le doy mil y una vueltas a las cosas, que los demás también me importan y que de puertas para dentro no todo son risas, que a veces las razones por las que levantarme cada mañana se desvanecen, pero que siempre acabo encontrándolas, y tanto. A veces imagino que estoy aquí, en medio de todo este mundo que me toca reconstruir, que tengo todas las piezas y no sé bien cómo hacerlo, y que no hay instrucciones por ningún lado. Quiero que todo pase tan natural como la vida misma, que acojamos, que riamos, que hablemos, abracemos y callemos todos juntos. Que todo lo que viene se va y es inquebrantable. Que solo quiero ser yo, aquí y ahora, cumplir mis sueños, encontrar día  a día una razón más para estar aquí. Sin tener que medir cada palabra que salga por mi boca, cada opinión que tenga. Ser y dejar ser. Que cada cual encuentre su zona de confort en este mundo, su pequeño rincón donde nadie ni nada pueda desequilibrarlo, donde la paz inunde cada respiración. Viviendo a gusto, con ganas de todo, de lo que sea. No quiero juzgar, ni tampoco ser juzgada. Quiero ir al mar, sí, definitivamente es él quien trae la calma, quien se traga lo malo y devuelve lo bueno.


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